Decálogo del turista responsable

  • Organiza bien tu viaje, planifica todo con antelación para así evitar “impactos” en el entorno. Además, podrás obtener tus servicios con precios más económicos.
 
  • Elige un medio de transporte para desplazarte a tu destino, que, en la medida de lo posible, respete el medio ambiente. Durante tu estancia en destino, opta por transportes de conducción eficiente que ahorren energía o con reducidas o nulas emisiones contaminantes. Intenta usar el transporte público y, cuando sea viable, moverte en bicicleta o andando.
 
  • Intenta alojarte en alojamientos sostenibles. Alojamientos que sean responsables con el medioambiente en función de su enclave, de los materiales con los que están construidos o del tipo y uso de las energías.
 
  • Usa dispositivos electrónicos. Es una forma de reducir el consumo de papel y evita generar residuos de más. Lleva billetes, documentación del seguro, mapas o facturas en formato digital en tu Smartphone.
 
  • No derroches energía. No te despreocupes por el gasto de agua o electricidad al alojarte en el hotel donde ya está todo pagado. Además de a las cuentas del negocio, con este ahorro energético estás ayudando al territorio al que has viajado y al planeta en general.
 
  • Respeta la naturaleza de la zona. Trata de no degradar el ecosistema de la zona que se visita, los espacios naturales (sobrepasar zonas acotadas, tirar residuos…), los animales y las plantas. Hay que evitar también comprar objetos fabricados con materiales conseguidos por métodos como la caza ilegal. A la hora de comer, hay que tener en cuenta las temporadas de veda de ciertos mariscos o animales de caza, ya que hay locales que no las respetan.
 
  • Contribuye con la economía local. Consume productos y servicios propios de la zona y que dinamicen su economía, es decir, que impliquen a otras personas y empresas del territorio.
 
  • Empatiza con la población local. Viajar implica relacionarse con las gentes del lugar que visitas y, para ello, es necesario conocer, comprender e intentar adaptarse a su carácter, hábitos, normas y costumbres.
 
  • Minimizar la generación de residuos. Para no generar basura de más es bueno que, se utilicen bolsas o botellas reutilizables y se eviten las vajillas y cubiertos de plástico. Además, es bueno fijarse en cómo se recicla en la ciudad.
 
  • Difundir. Cuando se esté de vuelta de tu viaje, es positivo reflexionar sobre lo que se ha conocido y aprendido y sobre los logros como turista responsable. Es recomendable difundirlo entre amigos y familiares y compartir con ellos las prácticas y las ventajas del turismo responsable.

 

 

 

 

 

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